Sergio se animó a cumplir un sueño: ser un acróbata. «Fueron mis nietas las que me inspiraron. Las veía colgadas de la tela y me quedaba mirándolas asombrado, así que les construí una estructura en mi casa para que pudiésemos practicar», comenta.
¡Te invito a que conozcas su historia!:
http://www.lavoz.com.ar/historias-de-vida/lo-unico-imposible-es-lo-que-no-se-intenta